miércoles, 12 de octubre de 2011

De Bogota y sus frías noches.

Bueno, decidí acudir a la ciudad de Tunja, a un congreso de Medicina y pues bueno como se debe pasar a la capital, quiera o no... pensé en visitar a mi amigo Gabriel y bueno pasar unos días antes y conocer más de Bogota, sitios que no conocía debido a mis viajes veloces y días ocupados allí. Como estamos en Paro, pues acudí a la Universidad Nacional. Allí pude conocer el auditorio León de Greiff y la Plaza Santander donde esta la imagen del Che Guevara y del padre Camilo Torres, y ese día estaban en asamblea de estudiantes. Me sentí muy atraído de ese idilio universitario, esas paredes rayadas, esos busos de rayitas y de colores, los chicos con barbas crespas y gruesas, niñas con faldas y llenas de piercing. La universidad me pasaba por los 5 sentidos y yo más feliz me sentía, girando en el centro de la plaza.
Plaza Santander. UNAL

Como pude, me colee en el auditorio y presencie la asamblea. Grite, aplaudí, cante las canciones de protesta, tome fotos, hice llamadas, hice vídeos, grite ehhhhh, ahhhh y buuuuu, ah y batí mis manos y papeles cuando estaba de acuerdo con algo. Fue muy agradable. Posteriormente al salir, almorcé con otro amigo con el que estudie en el colegio y después me decidia a ir al centro de Bogota. Pero que ocurrio... que hubo revueltas y pues auqnue no quisiera, pude ver la batalla del ESMAD con los estudiantes, fue temerario, crei por un momento que me atacarian, pero no, afortunadamente fue solo una demostración del poder estudiantil. Por fin aborde el Trasmilenio y fui a conocer la Plaza de Bolivar, la Casa de Nariño... pero ese día fue algo pasado de lluvia y pues quede mojadisimo... demasiado y con ese frió peor... de  repeso iniciaron las protestas en Trasmilenio... de nuevo bloqueado en el Centro.o....

martes, 4 de octubre de 2011

Si Viniera...

Si viniera...
si viniera un hombre,
si viniera un hombre al mundo,
hoy, con la barba de luz de
los patriarcas: debería,
si hablara de este tiempo,
debería sólo balbucear y balbucear,  
siempre, siempre así. 



lunes, 3 de octubre de 2011

De Pisos y Pies.

Es muy común que cuando mis pasos recorren un nuevo piso, me llame la atención a su estructura, sus dibujos y tratar de buscar figuras y rostros.Es normal que cuando no tenemos a alguien al lado o estamos sentados o caminando en círculos, miremos al suelo, este suelo que es pisado por millones de pasos cada día. Y fue desde allí que mi idea de poder juntar a pisos y pies... pies cubiertos por zapatos; estas estructuras protectoras que invalidan más el acercamiento entre pisos y pies. Me pongo a pensar y a ver como usamos de manera estridente estos artículos que en muchas ocasiones se convierten en un modelo a seguir, en un impulso,en algo estético, en una necesidad de tener para no quedarse atrás. Recuerdo en el colegio cuando uno debía tener las zapatillas de moda, las zapatillas de Camilo, de Juan, de Ricardo o de Diego y que estos no podían ser los "chibis" o los de baja categoría. No. Debían ser PUMA o Nike, All Star o Tiguer. Tiempos aquellos, pero bueno aún uso estas marcas y ese gusano de moda se sembró en mi mente y no negaré, pero esas zapatillas son excelentes, cómodas y "aguantadoras".


Cuando observo a la gente que pasa por mi piso, por el piso que fotografiaré con mis zapatos, veo como desfilan cientos de diversos modelos, colores negros, rojos, naranjas, azules y verdes fosforescentes, zapatos brillantes, de tela o de cuero, botas negras, felpudas y hasta pantaneras, tacones altos y bajos, tennies, zapatos, zapatillas, converse All Stars de muchos colores, de boticas y de los nuevos con estrella de cuero, y los converse de Venus, sandalias y hasta Crocs; Zapatos formales lustrados y sin lustre. Calzados solos, acompañados, calzados de bebes que aún no caminan pero cubren del frió, calzados de indigentes, calzados de niños ricos, calzados de deportistas y de abuelitas, que ya se ven gastados de tanto ser arrastrados. Calzados besándose, calzados tomados de las manos y calzados obligados a estarlo. 


Y los pisos tan sucios, tan limpios, tan llenos de Clorox, tan bronceados, tan perfumados, algunos orinados y pocos transitados, otros demasiado transitados que los calzados que se confunden y ni el piso logra verse. Algunos pisos son cubiertos por alfombras, tapetes o hay pisos prohibidos. 


Pisos Y Pies. 


Todos caminan... algunos se arrastran y otros cuelgan de sillas de ruedas. Algunos zapatos sin estética. Otros que se salen de ella. Calzados que son tomados de un anaquel, de una caja o de una estantería más adornada que la cabeza de Lady Gaga; esperando que sean escogidos por la personalidad de su comprador llevados a andar por estos pisos de círculos, cuadritos, lineas, de azulejos, de charcos, de adoquines redondos, curvos y cuadrados; pisos que suben y bajan, rotos y remendados, de colores y en blanco y negro, por suelos de lodo y tierra, y por pisos de mármol y piedra; preparados para ser pisados, arrastrados, rozados y ensuciados de barro, agua, y estiércol de aves, perros o vacas.


Al llegar a casa, nos quitamos este calzado que ha pisado las pisadas de desplazados, de militares, de amas de casas, de banqueros, de médicos, de enfermos, de estudiantes, del clero, del campesino, de la maestra, de perros y palomas, de autos, de carretillas, y algunos que se convierten en cama y hasta en casas... De mis pisos y pies, he observado como según la personalidad y él día estos calzados cambian de pies, cambian de uso, cambian de piso, cambian de vida. Pero siguen caminado, siguen pisando, mientras los pies les digan por donde andar... Pisos y Pies... Pisos y calzados.

sábado, 1 de octubre de 2011

De mis Historias de Amor y Otros Demonios: Alejandra Holguin

Bueno es importante que me presente, sino como van saber quien soy y que me ocurrió. Mi nombre es Alejandra Holguín, tengo 19 años de edad, soy una chica delgada, de cabello oscuro y algo crespo al final, como él de mi mamá. Tengo ojos oscuros y con una linda sonrisa, o bueno es lo que la gente me dice, una digna herencia de mi papá, quien cierra los ojos al reírse y de él aprendí un gran sentido de la humildad, responsabilidad y el respeto. Aunque mi papá es algo frió, siempre se logra sacarle una sonrisa y bueno que pueda cumplir los caprichos de sus hijas. De mi madre, que puedo decir, maravillas... aunque no vivió por mucho tiempo con nosotros, mi padre, mi hermana menor y yo. Mamá siempre fue dada a la aventura y siempre chocó con mi padre por ello, quien era más conservador y sugería que sus aventuras fueran explorar los periódicos, las estadísticas y las acciones de las bolsas, algo difícil de canalizar con la intensa vena artística de ella, quien nunca abandono el movimiento Hippie y baso su vida en éste. Así que como un alma libre, mi mamá salio de casa, cuando yo tenia escasos 8 años y mi hermana unos 5, los suficientes para llamarla señora y ser poco confidente con ella. Mi hermana se llama Fernanda, aún esta en el colegio, pero ansia salir lo más antes posible, quiere dejar de usar uniforme y poder ser libre. Creo que mi hermana, aunque no confié mucho en mi mamá, es idéntica a ella. Así es mi familia. Vivimos en una casa al Oeste de la ciudad entre arboles y montañas, alejados del mundo real por muros de piedras y pernotando sobre las dolorosas muertes de los aborígenes a manos de Sebastián de Belalcazar en tiempos de la conquista. Cristales, se llama el barrio donde vivimos los tres y mi gato, un angora negro de ojos amarillos y grandes bigotes que encontré paradógicamente en el parque del Perro hace menos de un año, un día que salia de la universidad y decidí caminar para distraerme. 


Siempre me ha gustado salir a caminar y estar rodeada de la paz de los bosques, me encanta. Tengo un gran sentido ecológico y pues bueno, no negaré que la influencia de mi mamá alcanzo a marcarme y de por vida. Y bueno desde que estaba en el colegio fui así, el San Juan Berchmans, un colegio jesuita belga, en el que también estudio el escritor Andrés Caicedo; creo que ha sido uno de los alumnos más controvertidos y el suicida más famoso del colegio. Además crecí rodeada de muchos hombres y bueno sus bromas no eran lo más amable del mundo, además que te levantan la falda o las insinuaciones que hacían subir los colores al rostro. Alguna vez creí odiar a los hombres porque mis compañeros eran totalmente despreciables y con poco respeto, sin decir que eran perteneciente a las mejores familias.


Yo estudio nada más ni menos que el hermoso arte de ser medico. Si, estudio medicina y en Univalle, un sueño hecho realidad. Desde muy niña cuando veía cortar el pollo o la carne me atrajo ese mundo maravilloso de la anatomía, y bueno aunque aún no haya visto anatomía en mi formación, creo que estoy muy preparada para la morfología. Soy algo nerdita debo confesar, pues después de estar en esta universidad, debo mantener mi puesto y claro ser muy dedicada. Y bueno aunque ninguno de mis padres es medico, algunos primos lo son y pues sus libros pude heredar, aunque mi papá ni corto ni perezoso me ha abastecido de tanto árbol procesado que podría competir con la biblioteca de la facultad. 


A veces pienso que la gente tiende a tildarme de burguesita. Bueno debo admitir que con el trabajo de mí papá y por el barrio y la casa donde vivo, pueden hacerlo, pero no soy como ellos creen. A mi no me interesa el dinero y nunca ha sido una obsesión; y no estudio medicina por el dinero. No. Simplemente lo hago por el hecho de ayudar, de investigar y seguir amando a esa hermosa estructura que conocemos como cuerpo. Pero dentro de mi cuerpo, hay un órgano que me interesa más que otros. No es el Cerebro, a quien amo y estudio con fervor. Es otro órgano, que quiero explorar, no para estudiar, sólo para sentirlo, para enamorarme de verdad y entregarlo hasta el dolor intangible. Algún día podría llegar un ángel a rescatarme de un poco de la monotonía de mis días. Puedo afirmar, y lo pueden preguntar a mis amigas, que yo no soy sólo una ñoña, una come libros... soy divertida, es enserio. No es que me haga propaganda para conseguir algo, pero pues siempre he vivido de las apariencias y eso es molesto la verdad. Cansada me siento de tener las tías ricas que no pueden ser miradas a los ojos por la servidumbre, o que me rindan pleitesía. Muchas veces siento esa necesidad de ser como la princesa Jazmín y mezclarme con el pueblo de Bagdad... o lo que queda de este.


Un poco de amor, un poco de aventura, un poco de riesgo... me haría muy bien. Tengo 19 años y he vivido en mi burbuja, que esta bien, pero algo de riesgo y adrenalina, haría que mi equivoco corazón latiera de nuevo. Pues no es nada malo decir, pero es que ya he sufrido por amor. Lo normal. Lo normal de la adolescencia, que aún disfruto. Pero saben? Temo que me llegue a pasar lo de mis padres... pero pienso que puede pasarme lo de mis abuelos. Fueron tan románticas sus historias. El papá de mi papá , osea mi abuelo paterno, conoció a mi abuela cuando montaba a caballo, y la vio sentada en el pórtico de la casa y desde entonces jamas se separo de ella... y ella lo acompaño hasta que el cáncer de hígado se lo llevo en la clínica Shaio de Bogota. El papá de mi mamá, quien era conservador, conoció a mi abuela en un pueblo de Antioquia, e iba a visitarla, pero antes debía hacerle visita al papá de mi abuela y cuando se casaron, se la trajo para el Valle como buenos conquistadores, y mi abuela le fue fiel y lo amo, hasta que el terrorismo bélico de este país le cegó y en un rió de Córdoba sus últimos suspiros y recuerdos quedaron.


Cada día de mi vida, esta lleno de magia. Es lo que creo. Me encanta salir de casa con el sol de la mañana y esa brisa fría que te recuerda que estas vivo y llegar ya sea con el sol de las 5, que ilumina como si fuera un tesoro con esos arreboles rojos y naranjas... O las noches cuando la Luna es una amiga que te sigue por las calles solitarias, donde en las esquinas los chicos se besan, donde los ancianos pasean a sus perros o donde el son de la salsa y unas copas se mezclan con la desesperación de los conductores de la Avenida Circunvalación. Al pasar por las calles rumbo a casa, el aire juega con mi cabello y yo lo dejo. El sol me lastima la cornea, y lo único que hago es llorar. Me pisan en el Mio y yo solo les sonrió. Al llegar a mi casa, mi gato me pide de comer. Mi papá aún no llega y mi hermana en Internet. Otra noche a cenar sola, mientras me alisto para estudiar: "entra potasio sale sodio, entra sodio, sale calcio".... todos salen y entran! alguno se quedara en su maldita célula, alguna vez! Y esa dragona de embriología que pretende que me sepa el desarrollo del feto, cuando jamas he estado embarazada, pero igual soy una experta! Es raro. Por lo menos para mí lo es. Y bueno ... Así es mi vida, un poquito de ella. Así podrán decir que me conocen, o tratan de conocerme. Igual no entraré en el discurso filosófico de conocer o no conocer! 


Alejandra Holguín!