martes, 9 de agosto de 2022

Final en el Mar

 Te voy a contar lo que soñé o lo que imaginé. No lo sé.

Voy a huir al mar. Un viernes en la tarde diré a todos que iré a otro lugar, a pasar el fin de semana. Como me gusta viajar, nadie va a dudar que así sea. Pero iré al mar. Pagaré el bus en efectivo, para no dejar rastro. Si me piden un número de identificación, inventare uno. Seré otra persona. No dejando rastro de nada. Luego de varias horas en silencio y meditación, llegaré al puerto, tomaré una lancha que me lleve a otra costa. Será en la tarde que arribe como un turista que viene a ver las ballenas, como uno mas. Perdido en la multitud multicolor que se baja con emoción. Lo bueno es que yo aprendí a fingir muchas emociones. Por lo qué estaré en modo turista feliz. Llegaré a un hostal, preguntaré si hay algún cuarto libre de un día para otro. Si, vengo a ver las ballenas, eso diré. Pasaré la noche ahí pero antes daré una vuelta y comeré así sea un paquete de Detodito del rojo y una coca cola. O mejor una Ginger. Ojalá haya Ginger. Al día siguiente puede que vaya a ver a las ballenas. Sino buscaré una cueva antes de las 4 de la tarde, que es la hora en que salga la última lancha que viaja hasta el puerto. Recogeré mis cosas, me despediré: Adiós, muchas gracias por todo. Mi iré antes de que suba la marea. Hay una cueva a la que no le llega mucho el agua. Ojalá no tenga fantasmas. Las cuevas me dan miedo, pero solo será un par de horas oculto. Cuando caiga la noche saldré de la cueva. Todo en oscuridad  y el sonido del mar precipitándose contra los riscos. Será el sonido de la orquesta final. Estaré listo para empezar a navegar. Tal vez llore o tal vez me dé miedo, pero a eso vine, ya no me puedo arrepentir. Además no puedo dormir en la playa. Nadie sabe lo que voy a hacer o lo que hice. Y con el mar me iré, en plena oscuridad, con el universo alumbrando sobre mi cabeza, me iré pacíficamente. 

Lo que suceda al otro día no podría decírtelo. Es posible que el mar me arroje cerca de un acantilado. Los que me encuentren pensarán que alguien me robó y me arrojó por el precipicio. Seré solo un turista que fue ultrajado. Y de mi acto final solo sabrás tu qué me lees.

No. No debes llamar a nadie. Porque cuando leas esto yo estaré flotando en el mar, con las ballenas, rodeado de algas y en un suelo de conchitas. Así será lo que imagine. Solo imaginación…